Con corazones pesados, despedimos a una figura icónica de nuestra comunidad. Francisco Padilla, cariñosamente conocido como «Yogo», nos ha dejado.
Yogo fue una piedra angular en el Sector Hospital del Municipio de Castillo, siempre listo para tender una mano, con una sonrisa que se convertía en rayo de sol en los días nublados.
Hoy, honramos su generosidad, su amor incondicional por la comunidad y la inspiración que siempre ha representado para todos nosotros. Yogo ha dejado una marca indeleble no solo en nuestras vidas, sino también en nuestros corazones.
Extendemos nuestras condolencias a su familia y amigos. La pérdida es profunda, pero el legado que Yogo deja es imborrable.
Próximamente compartiremos los detalles del servicio de despedida. Mientras tanto, recordemos a Yogo por la vida que vivió: llena de amor, servicio y un compromiso implacable con su comunidad.
Descansa en paz, Yogo. Tu recuerdo perdurará siempre.
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