El sol ignora
y a la vez es testigo fiel.
Fiel a lo que pronuncio sin palabras, a las obscenidades humanas.
Es fiel, ignora la culpabilidad infinita de nuestro instinto.
Solo ignora.
Aquello que la piel recuerda
sí que recuerda. Era cascada florida llenando los espacios limpios
y virgenes.
Que cálidamente sentía en mi carne,
como tacto prístino.
Mi dermis, anhelando como Narciso a su ser,
tus huellas sobre mí.
Eres promontorio que necesito recorrer, tocar con mis pies
bajo una obscena luz que posee vista perpetua.
Explícita.
Memoria de un ayer
ya quisiera.
Aún estás en los áureos lugares donde solo el hecho
de acometerlo;
te haría testigo una vez más.
El rugido de tus lazos
Invitan este templo a tus rezos.
Que oscurece la carne
bajo tu ímpetu, sol
¡Ayúdame a sentirlo!
Perpetuo testigo
Inspirado en “Sunbathe”
Juan Jesus Payán