Mucho se ha hablado hasta en el más apartado rincón del mundo, de que en la guerra lo primero que se busca es eliminar la verdad, que por demás y a riesgo de sus vidas hacen pública los periodistas, sobretodos aquellos que son garantes de la ética profesional, que lo consagra ante la sociedad como hombres de bien.
La transmisión de la verdad esta en serio peligro, en esta época de corruptos y corruptores, donde los políticos y funcionarios, agentes del sicariato, narcotraficantes y tránsfugas, hacen alarde de fortunas construidas con los dineros del erario público.
Citamos el caso del periodista Pedrito Fernàndez que por mandato propio de su vida profesional ha hecho público en los medios a su alcance, los nombres y apellidos de los propietarios de puntos de consumo y tráfico de estupefacientes, que bien conocen las autoridades correspondientes, pero los callan, quizás por temor o producto del poder que ejerce el oro corruptor.
El periodista Pedrito Fernàndez ha sido amenazado de muerte y con el lanzamiento de bombas lacrimógenas a la residencia donde reside, su familia inminentemente esta en peligro, a expensa aparentemente del precio que les pongan los delincuentes que estàn imbuidos en el mundo de las drogas y el crimen organizado.
El pecado mayor del periodista Pedrito Fernàndez ha sido denunciar al poder del narcotráfico y sus auspiciadores, que con el supuesto legalizado cobro de peajes se llenan los bolsillos de dinero, incluyendo los de sus superiores.
Los que actuaron cobardemente contra Pedrito Fernàndez tienen nombres y apellidos, por lo tanto el general Neivis Luis Pèrez Sánchez y las autoridades del Ministerio Público, en caso de no estar salpicados por el oro corruptor, de cara al sol y sin miedo estàn en la obligación de actuar contra ellos al costo que sea.