Vamos a iniciar el día inspirándonos en el Señor y así podemos llenar nuestro corazón y nuestra vida con su poder y su misericordia.
Confía en él, estarás siempre acompañado y el Espíritu Santo fortalecerá tu vida y así podrás vencer las dificultades y tendrás la fuerza para vencerlas. Necesitamos sentirnos felices y realizados, sólo confiando en su poder y su fuerza, lo lograrás.
¡Que el Señor derrame sus bendiciones para ti y tu familia! Amén.
Buen Padre
Es muy difícil la tarea de corregir a nuestros hijos y más en estos tiempos… les daré algunos consejos: Padres buenos hay muchos, buenos padres hay pocos.
No hay nada más difícil que ser buen padre.
Hay que tener una voluntad firme, decir sí cuando es sí y no, cuando es no.
El buen padre no hace ídolos, vive la presencia del único Dios.
El buen padre templa el carácter de su hijo, llevándolo por el camino del trabajo y del esfuerzo.
El buen padre crece en años respetado, querido y es, a la larga comprendido.
Practíquenlo y tendrán muy buenos resultados. (Mogart Delancer)
Falsos amigos
“Los falsos amigos se parecen a la sombra de un reloj de sol: se ven cuando el cielo está limpio, pero desaparecen con la primera nube” (Joubert)
La amistad
“Medimos la profundidad de un río, antes de echarnos al agua. Conviene también sondear el corazón de un amigo, antes de ponernos en sus manos”. (P.Monsabré) La amistad está por encima del dinero, no te dejes llevar por este mundo egoísta, ¡muchas veces se aprovechan del otro para subir escalones y maltratan tanto! Y cometen el error de creerse mejores personas y merecedores de todo.
Vivimos en un mundo con tanta maldad y envidia, pero cuando tenemos en nuestros corazones la fé en Cristo, con esa fuerza que el Señor nos da, esa plenitud que tanto necesitas; debes cada día reflexionar, ser capaz de entender y analizar tus debilidades, y preguntarte: ¿por qué camino vas? ¿Eres buen hijo? ¿buen esposo? ¿esposa? ¿buen papá o mamá? Con el corazón en tus manos, ¿cuál es la manera de vivir en medio de tus errores? Debes reconocerlos y recapacitar, pero abre tu corazón al Señor, confía en él y te guiará por el buen camino y muy pronto comenzarás a sentir esa paz que sólo él te dará. Amén!