Tengo que confesarles que la política siempre me ha gustado mucho, pero desde fuera de la arena. Me encanta analizarla, observarla, y comentarla como hace todo el mundo y sobre todo en época de elecciones…pero nunca me ha llamado lo suficiente para involucrarme con algún partido y menos para ejercerla de profesión.
Ahora bien, en el caso de que yo fuera un candidato, tendría por objetivo primario hacer una campaña diferente a las que tradicionalmente se llevan a cabo. Una que la gente quedara impactada, que se hablara de ella hasta por los codos ahora que hay tantos medios del chisme social como el facebook y el twitter, y sobre todo que se diferenciara fuertemente de esas que salen con el candidato delante y el bandereo de sus seguidores atrás, las cuales están más gastadas que una suela de zapato de pobre.
No haría otra que tuviera un argumento populista de esos de que abrazan y besan niños famélicos, viejitas desdentadas y viejitos con barba canosa, pues esas imágenes deprimen y comprimen, y no animan al público a votar.
Tampoco la haría apareciendo como un candidato serio, encorbatado y maquillado hasta lo último, erguido como un palo, mirando al » telepromter» de la cámara de televisión que le pasa, a manara de chivo escolar, el texto del mensaje para aparentar que se habla de manera natural, pues lo que de manera falsa se hace, de manera falsa se percibe, la gente, aunque a veces lo parezca, no es tonta.
Mucho menos lo haría gritando, desgañitándome, levantando la voz y los brazos hasta el cielo como los políticos de antes, creyendo que con la retórica el convencimiento está siempre de su parte, porque ese tipo de discurso, como los trajes de marinerito a rayas, ya no se lleva. Si fuese candidato a presidente, crearía una campaña especial y les voy a decir cómo lo haría, aún a riesgo de que algún vivo, pues en la política abundan en abundancia, me la plagie y pueda aprovecharse de su eficacia.
El primer mensaje sería directo, fuerte, certero, y diría con grandes mayúsculas «YO VOY A ROBAR… » y debajo, de inmediato, pondría en letra mucho más pequeña… «mi tiempo libre para dedicárselo al pueblo » de esta manera llamaría poderosamente la atención, dejaría bien claro la intencionalidad de mis palabras, el público comenzaría pensando una cosa y acabaría interpretando otra en un juego psicológico perfecto.
También haría otro mensaje para continuar, diciendo «LOS QUE ME VOTAN SON UNOS IDIOTAS …» y lo completaría así: » … si creen que los voy a defraudar «, y uno más en el mismo estilo: » NO VOYA A HACER NADA… » y el texto seguiría diciendo » …que los pueda perjudicar «. Otro muy bueno «ME VOY A QUEDAR CON TODO EL DINERO …» y proseguiría…» que me den de mi sueldo y ni un centavo más «, de igual manera diría » HABRÁ CORRUPCION…» … » pero acabaré con los sinvergüenzas que lo intenten «, y así un paquete más en esa misma línea de sinceridad.
Estos anuncios sí llevan impacto, y estoy seguro de que nadie los ha utilizado, ni siquiera algo parecido, en los torneos electorales de aquí y de ningún país.
Y es que a las campañas políticas les falta mucho de creatividad, de chispa, de originalidad, porque muchos políticos aún siguen la línea fácil del camino trillado Si algún aspirante que esté cansado de hacer lo mismo de siempre está interesado, puede ponerse en contacto de inmediato.
No les aseguro que ganemos las elecciones pues dependen de muchas otras variables, pero les puedo garantizar que en su realización nos divertiremos muchísimo y entraremos en la historia como la campaña más original y disparatada de todos los tiempos ¡Que ya es bastante!