El articulo con el título de ¿Quiénes siembran odios en Cataluña? publicado por el señor Fernando Casanova en periódico El Caribe, con fecha de 11 de noviembre, precisa de importantes y necesarias aclaraciones.
No es la primera vez que el autor se refiere al independentismo catalán con tanta pasión hacia el tema, como desconocimiento sobre la realidad del mismo.
Para entender el complejo caso catalán, es conveniente ser de Catalunya -que así se escribe en catalán- o haber vivido en ella, y sobre todo, conocer de la manera más objetiva posible, su larga historia y su gente. Muchas personas, entre ellas, intelectuales, políticos, filósofos, profesionales, todos con acceso a mucha información, y que viven en la misma Península Ibérica, no saben bien que está sucediendo en estos delicados momentos en la relación de conflicto entre Catalunya y España.
Lo primero, es que si un grupo se ha creído superior a otro, en clara alusión del señor Casanova a los independentistas vascos y catalanes, debe comenzarse por analizar el centro de la península, por la España imperial y nacionalista, con la monárquica Madrid a su cabeza, que ha impuesto desde siempre su “ superioridad” por leyes o por las armas, a quienes desde ese centro político los han considerado como “ provincias” o fincas de propiedad para explotación, el caso de Catalunya, al igual que sucedió en los restantes territorios de ultramar anteriormente dominados, las colonias , durante la mal llamada “ conquista y evangelización” de America, entre cuyos numerosos pueblos indígenas expoliados y masacrados a sangre y fuego, se cuentan los de nuestra República Dominicana que, curiosamente después de sacudirse el yugo haitiano, se independizó no una, sino dos veces, de España.
No hay que olvidar que, al hablar de nazis como lo hace en su escrito, queriendo de nuevo aludir a los independentistas, amigos de Hitler y Mussolini eran Franco y sus seguidores que saludaban con el brazo en alto, no los catalanes, que nunca lo han sido porque creen en la autentica democracia republicana y por ella han peleado y muerto muchos miles de sus hombres y mujeres. Fueron esos socios de Franco, Hitler y Mussolini, quienes les proveyeron de aviones y pilotos bien entrenados para masacrar la ciudad vasca Guernica cuando celebraba una feria, asesinando a más de seis mil de sus pacíficos habitantes, y también para bombardear inmisericordemente durante más de ciento setenta veces la población civil de Barcelona causando miles de muertos, entre ellos muchas mujeres. ancianos y niños. Esos gobernantes españoles –sangrientos dictadores- si eran nazis de sentimientos y hechos, señor Casanova, y no los vascos o catalanes.
Los catalanes sí somos y nos creemos diferentes, no lo podemos negar, pero nunca superiores, por nuestra historia y sociedad, que ha sobrepasado los mil años de su fundación (no todas los países, ni siquiera España, pueden contar un periodo tan largo de vida como nación) desde que se independizó de los condados francos. Por nuestra cultura propia, que incluyen valores de identidad diferenciales de arte, arquitectura, estructura económica, costumbres y derecho, himno y bandera, por nuestra lengua transmitida con cariño de padres a hijos durante decenas de generaciones, por nuestras instituciones políticas y sociales que nos han regido y perdurado durante siglos, como la Generalitat, o la Mancomunitat de Catalunya. Para una mayor información, adjuntamos el dato de que la primera constitución europea, mucho antes que la inglesa, se promulgó en Catalunya. Pau Casals , el músico catalán universal, lo dijo al mundo, en una alocución tan breve como emotiva, previa a un concierto de “ Els Ocells” ( los Pájaros) en la sede de la ONU. Se puede acceder a este discurso, dado en castellano, a través del video por Youtube. Y sobre todo, somos diferentes -no superiores, repito, pues no creemos en esas teorías- porque existe un gran sentimiento de pertenencia a una nación sentida y amada como única y propia, Catalunya.
En segundo lugar, usted califica muy alegremente de idioma al vasco porque no se le entiende en España, y de ” dialecto uniforme” al catalán, posiblemente por su proximidad al castellano. De ser así, el italiano y el portugués, lenguas igualmente románicas y cercanas, deberían considerarse también dialectos uniformes, cosa que no se le ocurriría decir ni al lingüista más ignorante o perverso. Aun los más acérrimos enemigos de nuestra habla, le llaman al catalán, lengua o idioma, nuca dialecto. El insigne filólogo e investigador español, Ramón Menéndez Pidal, que sobre lenguas y dialectos debía saber algo más que el señor Casanova, lo calificó siempre de idioma, por el hecho de tener reglas y estructuras gramaticales propias, además de una importante literatura y poesía traducida a numerosos idiomas. Tirant lo Blanch, la obra del valenciano Joanot Martorell, por ejemplo, es un libro de caballerías escrito en catalán en el siglo XIV, del que el genial Cervantes se inspiró para una buena parte del Quijote. Dice también el señor Casanova, de manera tan simple como atropellada, que el idioma vasco y dialecto catalán es “un motivo para la separación y la exclusión hacia formas tribales del conjunto de la población “. Y que “eso quieren las familias Pujol y Mas con tal de ser beneficiarios del activo económico de esas regiones españolas” Además, los califica nada menos de “mafia gansteril de España, Jordi Pujol & Arturo Mas Corporation” .
No entendemos bien lo que quiere significar con eso de formas tribales del conjunto de la población. Muchos países europeos se han independizado en los últimos sesenta o setenta años (Irlanda,, Islandia, Finlandia, Croacia, Bosnia, Macedonia, Eslovenia, Moldavia, Montenegro, Estonia, Lituania, Letonia, Ucrania, Bielorrusia, Georgia, Chequia, Eslovaquia, Kosovo…) y ninguna de ellas se han convertido en sociedades tribales, entendiendo este término desde el punto de vista sociológico, antropológico, o político, como sinónimo de atraso o encerramiento en sí mismas, sino que se están reconvertido en naciones modernas, con mucho futuro de progreso por delante, y prueba de ello es que muchas de ellas han sido y están siendo aceptadas como miembros de la Unión Europea.
Es cierto que Jordi Pujol y su familia están acusados de importantes casos de corrupción que van, especulativamente, desde varios, hasta miles de millones de euros, en espera de que el juez determine la naturaleza y el monto exacto de los delitos, como también es cierto que ha sido una enorme decepción para todos los catalanes. Pero entendemos que si un ex presidente de la Generalitat ha podido incurrir en uno o varios casos de corrupción no debe contaminar o extrapolar, como usted dice o insinúa, a todo el proceso soberanista catalán,que tiene como objetivo principal de conseguir la independencia de Catalunya. De ser así, también debería hacerlo primero con el Partido Popular, el partido oficial del gobierno español, acusado con pruebas de dinero negro cobrado durante años por sus altos dirigentes y para financiar sus campañas, y que han sido autentificadas por peritos calígrafos y por la policía, las cuales implican directamente al Presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y a docenas de sus colaboradores y funcionarios, que deberían haber dimitido en pleno por instaurar una Cleptocracia en el poder. A la trama Gurtel, los ERE andaluces, y otros casos gravísimos de corrupción nos remitimos.
De Artur (en catalán Arturo se escribe Artur) Mas, el señor Casanova parece ser otra víctima de la sucia campaña oficialista de Rajoy y compartes (como aquella de que Artur Mas tenía dinero oculto en Suiza y resultó ser una burda mentira lanzada desde Madrid) que es una desesperada, del tipo que dicen “calumnia que algo queda”. Hasta el momento ningún juez ha podido comprobar nada de lo que se le ha acusado, y por lo tanto, ya que el señor Casanova, que entendemos es jurista, sabe perfectamente que debe dársele el beneficio de inocencia, hasta que se demuestre lo contrario.
Después, sigue el señor Casanova escribiendo de la limitación de la capacidad de raciocinio de los políticos catalanes , que está limitada y empobrecida por esa idea totalizadora ( el independentismo) y habla de sembrar odios para separar la gentes para obtener beneficio personales individuales. Y finaliza, con un impresionante colofón de que una pandilla de políticos sin escrúpulos, se quieren robar a la liberal y culta clase media catalana “ sembrando odios fraternales”. Más ( en este caso con acento) parece un panfletario discurso de barricada, con mucha inquina en la forma y en el fondo, que una exposición o de ideas claras y certeras como requiere el caso, en un medio periodístico prestigioso.
Como decimos por aquí, para no cansarle el cuento, le remitimos de nuevo al Youtube, para que vea la Diada catalana del 2013. y sobre todo las de2014 -espectacular-y la del 2015, a las que asistimos como participantes y observadores, como expresiones populares espontáneas y no partidistas, capaces de convocar a más ( también aquí con acento ) de millón y medio de personas en las calles y a lo largo cuatrocientos kilómetros del litoral catalán, cogidas de las manos, exigiendo con ardor y determinación la separación de España, país que ha construido, torpeza tras torpeza histórica, unos muros de odios tan altos y tan gruesos, durante trescientos anos, que ya no se puede derribar.
También habla, en un punto que se cita también a Fidel Castro, sobre la bandera que enarbolan los Pujol y los Mas diciendo “ podría ser azar, pero es casi idéntica a la cubana”. Para una mejor información del señor Casanova, la bandera nacional y oficial catalana consta de cuatro barras rojas sobre fondo amarillo, y su origen se remonta muchos siglos atrás, basada en una preciosa leyenda. A la que sin duda se refiere, es a la bandera que denominamos “estelada”, llamada así porque a la bandera nacional se le coloca en su cabecera una estrella, por lo general blanca en un triángulo azul, y también roja sobre fondo amarillo (estel, en catalán significa estrella) y es el símbolo de la independencia por lograr, y está inspirada, en efecto, en la bandera cubana hace ya más de cien años, como símbolo de la brava resistencia y lucha que ese país sostuvo para lograr su libertad.
Como ya sabrá el señor Casanova, porque parece seguir el proceso, el Parlament de Catalunya, legal y legitimado por elección popular mayoritaria del 27 de septiembre pasado, ha aprobado el inicio de la desconexión con España, para formar un estado independiente en forma de república. Los odios ancestrales y permanentes de España no se han hecho esperar, ya el Tribunal Constitucional ha amenazado desde el primer momento, a 21 políticos del Parlament, de la Mesa y del Govern catalán, con inhabilitarlos de sus cargos y con aplicar penas de cárcel por sedición. Los odios hacia los gobiernos españoles, no a los españoles como personas, pues cerca del 40% de Catalunya es mestiza de muchas regiones, viene de lejos, de la Guerra de Independencia contra España en 1640 debido a los abusos cometidos por las tropas castellanas, de la toma de Barcelona durante la Guerra de Sucesión en 1714, a sangre y fuego, por tropas de castellanas y francesas muy superiores en número y armamento, y de las barbaridades, las humillaciones y las explotaciones que durante tres largos siglos después de instaurar el Decreto de Nueva Planta por Felipe V en 1715, han hecho imposible un encaje definitivo y permanente entre ambos países.
Para saber mejor quién odia a quién, cuánto, y por qué, recomendamos al señor Casanova que lea una buena historia de Catalunya, como la del prestigioso investigador Pierre Villar,que no es ni español ni catalán, sino francés, y la impresionante obra “Victus” de Sánchez Piñol, sobre la defensa y caída de Barcelona en 1714, para que en sus próximos escritos sobre Catalunya, conozca más a fondo su lengua, sus instituciones, sus pensadores, sus artistas, su folklore, su gastronomía, sus paisajes, y hasta sus políticos que los ha tenido y tiene de calidad humana extraordinaria, y pueda hacerlo así con mucha mayor objetividad y acierto. Y quien sabe si después de conocer más a fondo a Catalunya, hasta llegue a amarla. A muchos de sus enemigos les ha sucedido.