La Diócesis de San Francisco de Macorís acogió al sacerdote salesiano padre Rogelio Cruz, contra quien pesaba la decisión de que abandonara el país o sufriera la expulsión de su orden religiosa.
La información la ofreció el obispo de la Diócesis Monseñor Jesús María De Jesús Moya quien explicó que la decisión de acoger en esta Diócesis al padre Rogelio se tomó en atención a la solicitud que en ese sentido le hicieron en fechas diferentes y por escrito el superior salesiano en el país padre José Pastor Ramírez y el mismo padre Rogelio Cruz.
Monseñor Moya agregó que presentó la solicitud al Colegio de Consultores Diocesanos, organismo que en reunión aprobó recibir al padre Rogelio en esta jurisdicción eclesiástica. Fue asignado a una de las parroquias de Nagua y desde el próximo 20 de este mes enero trabajará con otros dos sacerdotes.
El padre Rogelio Cruz había sido trasladado a España y debía salir del país el 10 de enero en curso. La disposición levantó un movimiento nacional de solidaridad alrededor del padre Rogelio quien se resisistió al traslado y de acuerdo a la medida tomada por el superior salesiano, si no viajaba a España, tenía que gestionar que una diócesis lo acogiera o sería expulsado de su organización religiosa.
Durante más de diez años el padre Rogelio realizó su labor pastoral en la parroquia del barrio Cristo Rey, de Santo Domingo, desde donde se dio a conocer a todo el país por el amplio trabajo social que desarrolló y por su vinculación con las organizaciones populares en las jornadas de protestas contra la política económica del gobierno.
Habla el padre Rogelio
En visita que realizó a nuestra redacción en compañía de la productora de televisión Mildred Sánchez, el padre Rogelio Cruz ofreció declaraciones para los lectores de EL JAYA.
Las primeras palabras del padre Rogelio fueron para destacar la calidad humana de Monseñor Jesús María de Jesús Moya.
Expresó que “como he recibido tantos golpes últimamente, no esperaba tanta bondad y sus palabras textuales fueron: “Rogelio, aquí en esto lo importante es salvar tu persona, salvar tu vocación, has llegado a tu casa; lo otro se resuelve”.
El padre Rogelio afirma que “lo que mi corazón me dice es que Dios ha actuado y que está actuando, porque yo estaba sometido al conteo regresivo, de que tienes que irte el sábado 10 de enero; si no comienza el proceso de expulsión, me decían”.
Dijo que seguirá trabajando por los excluídos, acompañando los procesos, haciendo lo que él sabe hacer que es trabajar con la gente más pobre.
Agregó que con la acogida de Monseñor en esta diócesis está en disposición de dar el 100 por 100 como sacerdote consagrado.
Dijo que detrás de la decisión de sacarlo del país se movieron sectores muy poderosos, tan poderosos que “saltaron todos los estamentos legales por encima al uso apostólico, a la cancillería, a todo el mundo; esto lo tramitaron directamente a la Santa Sede, porque vieron afectados sus intereses”.
Recordó que “nosotros participamos en la antorcha contra el hambre, en la recolección de un millón de firmas para que las distribuidoras se fueran del país, en la marcha con los burros en contra de la ley de los hidrocarburos que está estrangulando al pueblo dominicano y nos encadenamos frente al Banco Central diciendo que el FMI trae su paquete debajo del brazo y lo va a aplicar con o sin nosotros y que el país va a ser sometido a pasar mucha hambre”.
“Esta modalidad nueva, de estar presente denunciando grandes males de la sociedad, todo de caracter simbólico pues no se tiró una piedra, no se maldijo a nadie, pero esto parece que no se puede hacer, por lo que quienes se vieron afectados decidieron tronchar estas acciones para que no puedan seguir avanzando”, expresó el padre Rogelio.
Afirmó que las razones que pudieron incidir en la decisión que se tomaron contra él en nada mellan su vocación de luchar por los más pobres, ya que la vida y la sociedad no se pueden construir en base al odio y al resentimiento, sino en base al amor y la solidaridad.
“Estas cosas las asumo como las piedras, las espinas del camino que te pueden derrumbar o decirte levanta el ánimo, que el mundo está muy deshumanizado y el esfuerzo tiene que ampliarse y multiplicarse más para hacer el mundo que Dios soñó que es un mundo donde se respete la dignidad del ser humano, donde se respeten los derechos a los demás; es lo que yo he intentado construir y hacer por los otros”, expresó el padre Rogelio.