Un ex diplomático dominicano exhortó a los líderes de la comunidad internacional a realizar gestiones urgentes, a fin de evitar el holocausto que representaría una confrontación nuclear entre Estados Unidos y Corea del Norte, que afectaría a gravemente ambas naciones y perjudicaría el 70 % del globo terráqueo.
Willians De Jesús Salvador, manifestó la necesidad de que se realice una Cumbre de los países que poseen armas nucleares y se realice un nuevo Tratado de Control y Desarme Nuclear, para garantizar la paz mundial.
Los países que deben sentarse en la mesa de discusión son Estados Unidos, Federación Rusa, China, Alemania, Francia, Corea del Norte, Reino Unido, Irak, La India y cualquier otra nación poseedora de armas de destrucción masiva, tal y como se hizo el 1 de julio de 1968, y refrendar «El Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares» (TPCEN, o CTBT por sus siglas en inglés de Comprehensive Nuclear-Test-Ban Treaty) es un tratado internacional, firmado por primera vez el 10 de septiembre de 1996, que prohíbe la realización de ensayos nucleares en y por los países firmantes. Enfatizó De Jesús Salvador.
Señaló el ex embajador en Alemania, que la ONU debe entender que ha fracasado en sus esfuerzos para disminuir los riesgos de una Guerra Nuclear y que las sanciones a Corea del Norte, no ha resuelto el problema, por lo que el Consejo de Seguridad debe suspender las mismas, como un acto de buena intención que facilite el reencuentro de Pionyang con la comunidad internacional.
Finalmente hizo un llamado a los presidentes Donald Trump de Estados Unidos y Kim Jong-un de Corea del Norte, apuntando que en caso de un enfrentamiento bélico en la península coreana en el mundo se produciría un invierno nuclear y esto sería una catástrofe para la humanidad, es un deber y acto de responsabilidad del liderazgo mundial actuar con presteza para evitar el desenlace de un conflicto bélico.
“Hay que establecer un puente diplomático entre ambas naciones, compuesto por premios Nobel de la Paz y personalidades independientes embestido de embajadores de buena voluntad, sin dejar de subrayar los imprescindibles esfuerzos que deben realizar China y Rusia para evitar una huerra de dimensiones globales, que producirá un aluvión de muertos y daños materiales incalculables”.