Cooperativizar los deportes es, en el presente y en el futuro, la alternativa más impactante que podemos imaginar para afrontar con éxito los múltiples males que abaten a la sociedad dominicana.
Quien escribe, Adriano Cruz Marte, convoca de inmediato a ciudadanos amigos para que trabajemos en la constitución y puesta en marcha en San Francisco de Macorís de la primera cooperativa que se dedique a fomentar y a proteger los deportes.
Comencemos con los deportes masivos como el béisbol y el baloncesto.
Visualizamos el impacto que tendrá, por ejemplo, la cooperativización del béisbol.
La cooperativa dividirá la ciudad en cuatro regiones, zonas o cuarteles y hará las instalaciones deportivas necesarias para garantizar la mayor cobertura de niños de siete u ocho años en adelante.
La institución proveerá a los equipos de peloteros los útiles que se requieran para las prácticas, además de los entrenadores.
Tenemos y alimentamos la convicción de que la cooperativa de fomento y protección del béisbol tendrá impacto en:
- Reducir y controlar, hasta erradicar la delincuencia. Cuando una persona ocupa su mente y su tiempo en una actividad que le gusta, sólo piensa en mejorar su desempeño y perfeccionarse en su realización. Nada apasiona tanto a los dominicanos como jugar y ver el béisbol. Por dondequiera vemos muchachos jugando al béisbol con un palo rústico golpeando una bola hecha de trapos envuelta en una media que le lanza el compañero de juego.
- Estimular y fortalecer la unidad familiar. Un hombre sinvergüenza e indiferente a cumplir sus obligaciones de padre de familia, cuando se entere que su hijo es un buen prospecto por sus talentos en el terreno de juego, estará más motivado a volver al seno del hogar y asumir su papel de cabeza de familia atraído por la posibilidad de que firmen su hijo como pelotero profesional lo que, sin duda, cambiará las condiciones materiales en que han vivido.
- Concienciar e incrementar el número de personas que ingresen al movimiento cooperativo. Estos ciudadanos comenzarán a valorar que esa institución se ocupa y apoya a su hijo en el desarrollo de un deporte de gran popularidad que a la vez disciplina a quien lo practica.
- Dinamizar y socializar la economía de cada zona o región. La cooperativa funcionará con las aportaciones o ahorros de sus socios, quienes a la vez la auspiciarán e impulsarán tomando dinero prestado para resolver cualquier necesidad o iniciar un pequeño negocio.
- Crear e interiorizar en la niñez, en la adolescencia y en los jóvenes el hábito de ahorro. Reiteramos aquí que la cooperativa suministrará los útiles a los equipos. Quien desee tener como suyo un guante, una pelota, una pechera, careta, un bate o cualquier objeto, deberá ahorrar para comprarlo en la misma institución que lo venderá a precio de costo.
Estos objetivos que enumeramos son logrables y constituyen una mínima parte de los muchos beneficios sociales, económicos y los colaterales que generará la cooperativización de los deportes empezando con el béisbol.
En lo social revolucionará de forma muy positiva la vida de los barrios y los campos de San Francisco de Macorís, ciudad y municipio donde se iniciará este prototipo de mecenazgo colectivo a los deportes.
En lo económico tendrá impacto tan fuerte que los recursos que se generarán van a sostener otras muchas actividades deportivas y colaterales.
Contemplamos que en la organización y desarrollo del proceso de formación de atletas las zonas o regiones completen su calendario de juegos regulares, luego series semifinales y después las finales para elegir a los campeones de cada cuartel o zona. Para estas series se fijaría un precio módico de entrada para recaudar fondos que se invertirán en los mismos atletas y conjuntos deportivos.
Concebimos que a manera de estímulo a los jugadores de mayor nivel en el proceso de desarrollo deportivo, se les firme una especie de contrato que incluya reglas con mayores exigencias de disciplina, rendimiento académico e incentivo económico. Es como un precontrato, para preparar al atleta para la firma y paso a la vida profesional. Quedarán pendientes de discusiónes las reglas que regirán acerca de las edades para firma, responsabilidades de aportes económicos que asume el atleta con la cooperativa que lo formó y otros aspectos que normarán el funcionamiento de la institución.
Para convertir en realidad esta propuesta, ahora escribo los nombres y apellidos de los ciudadanos amigos, verdaderos grandes ligas en el servicio a la comunidad con quienes deseo contar para trabajar el proceso que conlleva crear la Primera Cooperativa de Fomento y Protección de los Deportes.
Deseo contar con los siguientes ciudadanos amigos: Altagracia Hidalgo de Vargas, Perla Pérez Heredia, Hilda Ramírez de Remigio, Bienvenida Vargas de De León, Guillermina De Jesús de Hernández, Agueda del Carmen Vargas Hernández, Julio Vargas Hernández, Eugenio Vargas Hernández, Luis Vargas Hernández, Manolito Cartagena Vargas, Yanio Concepción, Ramón -Moncho- Ramos, Frank Tejada, Osvaldo Reynoso, Juan Castellanos Duarte y Luis Esmurdoc. Aclaro que esta lista no es excluyente; son ciudadanos con quienes mantengo niveles de cercanía que me permiten medir las afinidades que tenemos en pensamiento, preocupación social y disposición a afrontar retos y necesidades comunitarias urgentes a resolver.
Al mencionar a estos ciudadanos por sus nombres de manera pública, deseo que la asuman como la primera convocatoria para comenzar a trazar las coordenadas y asignarnos las tareas inmediatas a realizar. El convocante tiene el celular 809-383-5111, oficina 809- 588-6863 y 809-588-5016.