Ahora que ha estado tanto de moda eso de vender consejos para que la gente viva mejor, se nos ocurre dar cuatro recetas encaminadas a ser más feliz o menos infeliz de lo que somos, según veamos el vaso de la vida medio lleno o medio vacío respectivamente.
A diferencia de los libros esos publican sobre si nosotros estamos bien y ustedes también, o si somos de Marte o de Miércoles, que a veces sólo resuelven los problemas económicos de los editores, estas recetas son gratis aunque, debemos reconocer, no siempre fáciles de aplicar. Apúntenlas. La primera, es que EL DINERO ES IMPORTANTE, PERO NO LO ES TODO.
En la vida hay que ganar lo suficiente para en lo posible tener casa propia, pagar los colegios y universidades, un carro, darse un viajecito a Europa, como quien va a la Meca, una bailadita con la mujer,… y tratar de no acumular tanta plata que genere problemas por el desplome de la bolsa, o por la crisis inmobiliaria afecta sus múltiples propiedades, o andar con temor por si lo pueden raptar en cualquier esquina. Claro, que aquí tenemos que ganar bastante más que en otros lados donde la luz cuesta cuatro veces menos o los intereses son cinco veces más baratos.
La segunda receta es que EL MEJOR OFICIO ES SER FELIZ, mejor aún que ser astronauta o presidente, porque estas profesiones pueden darle mucho dinero y prestigio, pero no le aseguran 100% el disfrute de la vida. Borges decía que el peor pecado del hombre es no ser feliz, y tenía razón. Pero todos lo queremos ser las 24 horas del día y pocos lo logramos, porque en la realidad tenemos un jefe que aguantar o pagar las cuentas del super…y el secreto de ser feliz está en serlo con muy poca cosa.
Por ejemplo, conténtese cuando en lugar de triplicarle la factura de la luz solo se la dupliquen, o cuando su suegra, por pura casualidad, habla bien de usted. La tercera es que LOS BIENES MAS PRECIADOS SON LA SALUD Y LOS AMIGOS, más que un Maserati o un yate de 100 pies que acaban oxidándose y en el desguace. Sin embargo, y como señaló Tagore, los amigos son como las estrellas, aunque no los veas, sabes que están ahí.
Un amigo es un amigo, por más que no nos devuelva el martillo o la taladradora que le prestamos hace años. Sobre la salud, no empieza a importar hasta cuando por desgracia se pierde a edad temprana o se envejece. Cuidarse a tiempo evita pastillas, muletas y hasta publicar esquelas a destiempo. La cuarta y última receta es que EL MEJOR NEGOCIO ES LA FAMILIA, invierta el capital que es el ejemplo, el tiempo y el dinero, en la esposa, los hijos, los sobrinos, los nietos… cuando se descuida este tipo de empresa suele pagarse muy caro, un día la niña se refugia en una secta extraña, el varón aparece después con doce piercng colgados en la oreja izquierda, o los estudios del pequeño, tan inteligente él, los abandona sin motivo alguno. Pero si la tienda se atiende con esmero, rendirá buenos beneficios presentes y futuros, y quien sabe si hasta alguno de sus vástagos le ayudará en la vejez a escoger el mejor y más lujoso de los geriátricos. Ya sabemos que las pequeñas cosas hacen las grandes felicidades.