Querida señora, tenía muchos años por escribirte, la primera vez que te escuché fue en el momento de nacer que según contaba mi mamá el parto mío fue muy difícil y escuchó la partera que dijo –virgen santísima, ya nació este muchacho de la mierda, coño que bolsa tan grande tiene, es un varón—.
Señora mala palabra, siempre he querido investigar científicamente, porque los seres humanos se sienten tan bien, diciéndola y tan mal al escucharla, Leonel Fernández se vio más popular cuando dijo en un discurso en el sur, “carajo” o cuando alguien se da un golpe en el tobillo que dice Coño, si es hombre y Semilla si es mujer, el diablo si es religioso, el culo si es gay, el pipo si es un poco educado y si es un borracho -mierda quien puso esa mierda en el medio, coño por poco me mato-.
Señora mala palabra, en mi afán de buscar una respuesta profesional le pregunté a mi psiquiatra el Dr. Manuel Viera Folch, de la Unión Médica de Santiago ¿Qué si es una enfermedad decir malas palabras? Él me respondió que se llama Coprolalia, un trastorno neurológico de decir malas palabras o palabras obscenas cada cierto tiempo al terminar las frases. Hasta la Biblia trata de dar una respuesta —las cosas que proceden de la boca, salen del corazón—,(Mateo15.18). Siguiendo la ciencia hay una enfermedad llamada el Síndrome de Taurette que también tiene que ver con las malas palabras o el lenguaje obsceno o soez. Para el psicoanálisis de Freud las malas palabras no dejan de ser una expresión de disgustos, de rechazo, a la hipocresía o a la doble moral como una forma normal de vivir en una sociedad que dice ser cristiana pero sin sacrificio, desean ser un Jesúcristo capaz de convertir el agua en vino pero odian los clavos y la cruz, razón tenía Erasmo de Rotterdam, cuando escribió el libro Elogio A La Locura, donde él dice que los papas, obispos y sacerdotes tienen que hacerse los locos cuando los corruptos que gobiernan les construyen sus Iglesias y algo más, creo que las respuestas más completas a esta realidad de la iglesia es decir –coño así si es bueno–.
Señora mala palabra Robert De Niro en una de sus mejores películas, cuando le faltan palabras para completar su mejor idea sobre la vida lujosa de la mafia dice, —esos son unos mierdas –, en San Francisco de Macorís según los datos del departamento urbanístico del ayuntamiento municipal, en esta ciudad hay 157 urbanizaciones, incluyendo los barrios pobres que no dejan de tener una casa de ricos, según el libro El Narco Trafico Una Nueva Clase Social, más del 85% de las construcciones de esas urbanizaciones sus recursos proceden del negocio de las drogas sean aquí o en Estados Unidos, creo que la mejor respuesta a esta realidad es decir —coño que buenos emprendedores son—.
Señora mala palabra no siempre decirla es obsceno, soez, inmoral, mal criado, inculto, rastrero, sinvergüenza, puede ser una patología o enfermedad según el Dr. Iván Viera. La depresión puede ser la causa, si alguien tiene 5 o más elementos qué definen la depresión no es un malcriado si no un enfermo unipolar, se siente triste vacío y sin esperanzas.