Bendiciones, en esta oportunidad quiero hablarte sobre una de las armas más poderosas que tenemos como creyentes y es nuestro testimonio y la importancia del mismo.
El testimonio es una capacidad, es un derecho, es un arma, es la historia de tu vida y también es la historia de los hechos y proezas de Dios. El testimonio es un arma que sirve para levantar y honrar el nombre de nuestro Dios y manifestar su naturaleza y soberanía. El testimonio no solo es una historia sino que también es el lugar donde dejamos lo que somos para encontrarnos con Dios. “Y lo pondrás delante del velo que está junto al arca del testimonio, delante del propiciatorio que está sobre el testimonio, donde me encontraré contigo.” Éxodo 30:6
Cuando leemos la palabra nos damos cuenta que en el testimonio hay una fuerza que opera de forma interna en nosotros y esta atrae la ayuda necesaria para seguir siendo lo que hemos sido llamados a ser. Cuando Dios creo al hombre lo creo a Su imagen y semejanza, pero nuestra naturaleza fue corrompida por la desobediencia dando a luz la iniquidad que es el pecado. En el proceso de restauración del hombre Dios promete devolvernos la autoridad que perdimos en Adán. Por eso Cristo es llamado el postrer Adán y la Biblia dice que Cristo en nosotros es la esperanza de gloria. “¿Con qué limpiará el joven su camino? Con guardar tu palabra. Con todo mi corazón te he buscado: No me dejes desviarme de tus mandamientos. En mi corazón he guardado tus dichos, Para no pecar contra ti. Bendito tú, oh Jehová; Enséñame tus estatutos. Con mis labios he contado Todos los juicios de tu boca. Me he gozado en el camino de tus testimonios Más que de toda una riqueza.”
Salmos 119:9-14
“Justicia eterna son tus testimonios; Dame entendimiento, y viviré.” Salmos 119:144
El testimonio marca una frontera que tiene que ser rota, esto nos enseña que donde Dios nos ha llevado hasta ahora no es nuestro lugar definitivo y que el testimonio que damos hoy debe impulsarnos a creerle a Dios por cosas mayores.
El testimonio dado es un testimonio que será juzgado. Cada vez que compartas un testimonio serás procesado en esa misma área.
“Aconteció que otro día vinieron los hijos de Dios para presentarse delante de Jehová, y Satanás vino también entre ellos presentándose delante de Jehová. Y dijo Jehová a Satanás: ¿De dónde vienes? Respondió Satanás a Jehová, y dijo: De rodear la tierra, y de andar por ella. Y Jehová dijo a Satanás: ¿No has considerado a mi siervo Job, que no hay otro como él en la tierra, varón perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal, y que todavía retiene su integridad, aun cuando tú me incitaste contra él para que lo arruinara sin causa?” Job 2:1-3
Cada vez que viene una promoción a tu vida se provoca una presión. Cuando Dios habla de ti no habla de tu estado actual, sino de lo que Él quiere que tú seas. El completivo de tu testimonio es cuando tú sostienes lo que Dios dijo de ti.
El testimonio es una de las armas más poderosas y menos utilizadas, porque el pueblo tiene temor. El hombre cree la mentira del diablo de que su crisis es la más grande del mundo, no entendiendo que su proceso fue diseñado para él.
El testimonio genera un levantamiento de persecución de tus enemigos. La percepción que tú tienes de Dios y de tu autoridad son importantes para sostener tu testimonio.
“¿Y qué más digo? Porque el tiempo me faltaría contando de Gedeón, de Barac, de Sansón, de Jefté, de David, así como de Samuel y de los profetas; que por fe conquistaron reinos, hicieron justicia, alcanzaron promesas, taparon bocas de leones, apagaron fuegos impetuosos, evitaron filo de espada, sacaron fuerzas de debilidad, se hicieron fuertes en batallas, pusieron en fuga ejércitos extranjeros. Las mujeres recibieron sus muertos mediante resurrección; mas otros fueron atormentados, no aceptando el rescate, a fin de obtener mejor resurrección. Otros experimentaron vituperios y azotes, y a más de esto prisiones y cárceles. Fueron apedreados, aserrados, puestos a prueba, muertos a filo de espada; anduvieron de acá para allá cubiertos de pieles de ovejas y de cabras, pobres, angustiados, maltratados; de los cuales el mundo no era digno; errando por los desiertos, por los montes, por las cuevas y por las cavernas de la tierra. Y todos éstos, aunque alcanzaron buen testimonio mediante la fe, no recibieron lo prometido; proveyendo Dios alguna cosa mejor para nosotros, para que no fuesen ellos perfeccionados aparte de nosotros”. Hebreos 11:32-40
Tu testimonio se sostiene por la fe. Todos estos hombres de Hebreos 11 tenían defectos pero tenían algo en común, lo que debemos tener todos en común es LA FE.