La llegada del 2020 tiene nervioso a muchos estadounidenses. La posibilidad de un Nuevo gobierno, y al mismo tiempo, el temor que el Colegio Electoral vuelva a favorecer a Donald Trump, es suficiente para poner los nervios de punta.
Primeramente, aceptamos que los Republicanos en el Senado van a poner su lealtad a Donald Trump por encima de su lealtad a la constitución.
Aceptamos que el presidente del Senado, Mitch MCconnel, no se va a molestar en conseguir los 67 votos necesarios para remover al presidente. El tercer presidente en la historia de los Estados Unidos en ser enjuiciado por la Cámara de Representantes y encontrado culpable de abuso de poder y obstrucción al Congreso.
Hasta ahora no hay evidencias de que el senado va hacer un juicio imparcial como lo exige la constitución. Así que vamos a asumir que Donald Trump es el candidato a derrotar en las elecciones del 3 de Noviembre próximo.
¿Y quién será el candidato de más alcance que pueda derrotar a Trump? La realidad es que el presidente sigue siendo popular en la base de su partido.
El problema que actualmente enfrenta el partido Demócrata es la división ideológica entre los más liberales que exigen cambios extructurales en la economía y los moderados que prefieren un candidato centrista.
¿Podría el ex vicepresidente, Joe Biden, candidato preferido por los moderados, ganarse el apoyo de la mayoría liberal?
Podrían Bernie Sanders o Elizabeth Warren, favoritos de la mayoría liberal, ganarse el apoyo de los moderados quienes ven con sospecha los cambios radicales que estos proponen en la economía y el área de la salud.
El dilema de los Demócratas es postular un candidato tradicional como Biden quien no va a alterar el Statu Quo y que tiene amplio respaldo en la comunidad afroamericana o postular a Bernie Sanders o Elizabeth Warren con propuestas radicales para remediar la desigualdad social generada por un sistema capitalista que por los últimos 30 años, solo favorece a las grandes corporaciones y a la clase millonaria.
En esos 30 años, los millonarios y billonarios en los Estados Unidos han sido favorecidos con recortes de taxes en cada administración Republicana. En el 2018, por ejemplo, las 400 familias más ricas del país pagaron menos taxes que el resto del pueblo, según un estudio de la Universidad Berkley de California.
Al mismo tiempo las grandes corporaciones, 60 en total, pagaron 0 por ciento en taxes al gobierno federal en el 2018. Así es, Cero. Ni un centavo. Gracias a los recortes de taxes del presidente Trump.
No es de sorprender que empezando el 2020, el presidente se proponga anunciar más recortes a programas destinados a familias de bajos recursos, tales como cupones de alimentos y seguro social a personas deshabilitadas.
Estos son algunos de los elementos que contribuyen a la ansiedad de aquellos que ven a los Estados Unidos descender a los mismos niveles de desigualdad social prevalentes en países del tercer mundo.
El 2020 también trae la expectativa de una nueva dirección en la política fiscal de la nación americana. Todo depende del candidato que seleccionen los Demócratas.
Los Republicanos, por su parte, se mantendrán unidos en apoyo a Trump.