En un tiempo donde hay crisis en las relaciones y las personas buscan solo satisfacer sus deseos egoístas ignorando la voluntad de Dios, que es donde se encuentra el verdadero propósito de nuestra existencia y la respuesta al vacío con el que vive hoy la humanidad, más que nunca necesitamos una dirección sabia para poder enfrentar los retos y los desafíos de los tiempos que vivimos.
La Biblia nos habla repetidamente de la importancia de la dirección y el consejo para llegar a caminar en la voluntad de Dios.
Proverbios 3:1-7 “Hijo mío, no te olvides de mí ley, Y tu corazón guarde mis mandamientos; Porque largura de días y años de vida Y paz te aumentarán. Nunca se aparten de ti la misericordia y la verdad; Átalas a tu cuello, Escríbelas en la tabla de tu corazón; Y hallarás gracia y buena opinión Ante los ojos de Dios y de los hombres. Fíate de Jehová de todo tu corazón, Y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, Y él enderezará tus veredas. No seas sabio en tu propia opinión; Teme a Jehová, y apártate del mal;”
Estamos viviendo en tiempos difíciles y esto hace que de manera natural y aun desde nuestro inconsciente busquemos alternativas para la solución de problemas y situaciones, pero el anhelo de Dios es que aprendamos a depender de El aun en las condiciones más difíciles.
Los afanes y las aflicciones pueden producir una maduración en nuestra relación con Dios pero si no estamos conscientes pueden llevarnos a perder de vista el verdadero propósito de estas que es madurarnos y hacernos dependientes de Dios y por el contrario pueden hacernos perder el sentido de dirección como sucedió con el pueblo de Israel en el desierto por lo que estuvo Dios disgustado con ellos por cuarenta años.
Hebreos 3:17 “¿Y con quiénes estuvo él disgustado cuarenta años? ¿No fue con los que pecaron, cuyos cuerpos cayeron en el desierto?”.
Cuando analizamos la condición del hombre en nuestros días vemos qué hay una predisposición en lo que se requiere para oír a Dios y por ende está más dispuesto a oír la voz que produce la crisis y el afán por llevar el estilo de vida demandando por una sociedad carente de valores y es que el hombre de nuestros días busca pero no haya dirección ya que está negado a ser corregido e instruido en las verdaderas razones de Dios al punto de que esta generación ha endurecido su corazón afectando así la confianza y la expectativa que genera la esperanza.
Isaías 55:7 “Deje el impío su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase a Jehová, el cual tendrá de él misericordia, y al Dios nuestro, el cual será amplio en perdonar.”
El primer paso para volver al camino y encontrar dirección es el arrepentimiento. Debemos desarrollar la capacidad reconocer nuestros errores y confesar que nos hemos apartado de Dios por seguir nuestro propio entendimiento o como dice proverbios tres (3) apoyándonos en nuestra propia prudencia y con esto decidiendo vivir sin buscar su dirección y consejo llegando a ignorar que estos son de gran importancia para poder alcanzar el éxito en cualquier cosa que emprendamos en especial el proyecto de nuestra propia vida.
Hay preguntas que debemos formularnos y de las mismas Dios tiene las respuestas ya que tienen que ver con el propósito y asignación que tenemos que desarrollar en la tierra.
1-¿Quién soy? 2- ¿De dónde vengo? 3-¿A dónde voy?
La primera tiene la respuesta en nuestra identidad y la importancia que le demos a entenderla nos dará también la capacidad de producir y ser productivos desde la misma nuestra naturaleza del que nos creó y habla de propósito o intención original que dice que soy parte de un diseño y no de una casualidad.
La segunda es origen, Jesús dijo a Pilatos: mi reino no es de este mundo y la Biblia dice de nosotros que estamos sentados juntamente con Cristo en los lugares celestiales y la tercera es destino al pueblo de Israel Dios le prometió un lugar el cual conocemos como la tierra prometida una tierra que fluye leche y miel donde no comerás el pan con escasez de esa forma la Biblia lo expresa y nosotros somos el Israel de Cristo según la misma palabra de Dios.
Es por eso que necesitamos la dirección profética y el entendimiento que da para entrar a la realidad eterna y salir de nuestra realidad circunstancial.
Proverbios 29:18 “Sin profecía el pueblo se desenfrena; Mas el que guarda la ley es bienaventurado.”
Lo segundo es afirmar nuestra relación con Dios a través de la búsqueda constante de su voluntad y esto lo logramos fortaleciendo nuestra comunión con Él y para esto debemos: Valorar la palabra escrita (Biblia), Tener una vida de oración y un lugar donde nos congreguemos para ser pastoreados y de esta manera obtener el crecimiento que necesitamos para vivir una vida de fe y podamos lidiar con la guerra en nuestra mente.
Proverbios 20:18 “Los pensamientos con el consejo se ordenan; Y con dirección sabia se hace la guerra.”