Cuando encendemos el televisor, al escuchar la radio, al momento de visitar las redes sociales o simplemente al leer un libro de historia, literatura o religión, nos vamos a encontrar con personas que han marcado la humanidad y otras que están haciendo historia con sus historias. Es decir, nuestro mundo tiene seres humanos que son admirados, influencer o santos, individuos que por sus cualidades, virtudes y capacidades, han cambiado la sociedad con sus vidas.
Todos tenemos personas que admiramos. Los niños, por ejemplo, suelen admirar a sus padres, maestros, cantantes, líderes religiosos. En fin, ven en ellos algo que los inspira, que los motiva, por eso fijan sus miradas en el don o en sus valores. Incluso, muchos se vuelven sus héroes, y aprovechan cualquier ocasión para hacer gestos y para lograr igualarlos o superarlos.
También hoy existe una nueva forma de liderazgo, los llamados influencer, que cuando vamos a internet, de entrada podemos encontrar la siguiente definición: “Persona que destaca en una red social u otro canal de comunicación y expresa opiniones sobre un tema concreto que ejercen una gran influencia sobre muchas personas que la conocen; especialmente, cuando influye en los hábitos de consumo de sus seguidores”. En otras palaras, un influencer es una persona que se ha ganado el respeto y el seguimiento de otros, por su manera peculiar de presentar las cosas en la cual se hizo profesional o tendencia.
Hay influencer en muchas áreas del saber: social, cultural, económico, político, religioso, etc. A veces puede que no tenga ninguna carrera universitaria, pero por su forma y manera natural de presentarse ante los demás, adquiere seguidores, que suelen hacerlo dándole un clic a una herramienta de su página para indicar que le gusta su contenido y que ya están suscriptos a su canal o plataforma digital.
Existen también lo que la Iglesia Católica llama santos. Que no es más que un ser humano que ha practicado la caridad hacia los demás, no solo con su cuerpo sino con toda su vida y todo su ser, haciéndolo en nombre de Jesucristo. En otras palaras, un santo es aquel hombre o mujer que por su proceso de purificación de vida a alcanzado el favor de Dios y de los hombres. Son aquellos que amaron tanto a Dios, que en corazón solo vivieron, como dice san Ignacio de Loyola, para “amar y servir”.
Cada uno tiene sus líderes, sus influencer y por qué no, incluso sus santos favoritos. Pues, a lo largo de la vida, hay personas que nos marcan e influyen en nosotros, dejando esperanza y optimismo en nuestro caminar. Tan importante es esto, que aquel refrán que dice: “Dime con quien andas y te diré quién eres”, podemos parafrasearlo hoy diciendo: “Dime a quien sigues y te diré quién eres”. Porque al final, un influencer, un admirado o un santo, es un espejo en nuestra vida de hacia donde queremos ir en nuestra existencia.
P. Luis Alberto De León Alcántara