La pregunta de entrada en este artículo provoca asombro, dudas y motivos para debatir este tema; que si se llevara a cabo, fuera enriquecedor, ya que desde diferentes puntos de vista, podríamos analizar en concreto las inquietudes siguientes, ¿cómo sería una sociedad sin familia?, ¿se podría establecer un orden humano desconectado de la realidad familiar? De antemano, sabemos que esto desde la realidad cultural, religiosa y comunitaria, parece imposible, porque todo, incluso el mismo Dios, tiene una estructura familiar, precisamente cuando lo reconocemos como Padre, Hijo y Espíritu Santo.
Esta cuestionante, surge precisamente cuando el tema de la ideología de género y sus ramificaciones, como el aborto, la homosexualidad, la eutanasia y otros tópicos afines, de forma directa o indirecta, promueven políticas públicas donde la familia lentamente se queda sin voto ni voz. Pues, como la familia contiene en sí misma los aspectos tradicionales y morales de la convivencia humana, se rechaza su modus vivendi; buscando plantearse entonces, una sociedad sin familia, dirigida única y exclusivamente por acciones individuales. En otras palabras, aunque no se diga abiertamente, hoy se aboga por un mundo sin paradigma familiar, una sociedad guiada por los intereses políticos y sociales del momento.
Hoy existe la tendencia de independización del seno familiar, de sus valores y todo lo que esté relacionado al ámbito comunitario de nuestra vida. Pareciera como si la familia fuera un virus que es necesario eliminar, no solo a nivel histórico sino de la vida pública. Quizás para algunos estas ideas de excluir a la familia de todo, les parezcan descabelladas, pero si observamos a diario los ataques que recibe esta institución sagrada, nos daremos cuenta que ciertas corrientes actuales ven a la familia como una realidad obsoleta; pues, a pesar que por un lado los padres buscan educar y formar a tus hijos en valores y principios, por el otro, observamos a una sociedad que los invita a emanciparse, a deslizarse de sus padres, de utilizarlos solo para beneficios personales.
Pero aterrizando en lo que nos compete, ¿es posible vivir en una sociedad sin familia? Hay quienes dirían que sí. Lo que es bueno saber, ¿de qué modo se viviría sin familia?, ¿quién sería el tutor o el guía de los seres humanos desde que salen del vientre de su madre? Y no solo eso, ¿a qué se dedicarán los padres?, ¿qué función desempeñarán en la sociedad, si ya no son responsables de sus hijos?
Nunca está de más hacer el análisis de la realidad presente, pero todos sabemos que sin familia no hay sociedad, que, si todavía nuestro mundo es humano y respira cierta paz y armonía, es precisamente por los valores familiares. Porque son muchos los hombres y mujeres que han sido capaces de mantener las raíces de la verdadera educación y enseñanza que se recibe en el nido familiar. Además, debemos recordar que somos seres anónimos y sin dirección cuando no tenemos familia.