Estoy convencido de que en pueblos y campos de la República Dominicana habitan los mejores seres humanos del Universo. No son todos, ni siquiera la mayoría, pero son muchísimas las personas que extienden sus manos al necesitado, dan un consejo sano en el momento oportuno para la correcta decisión, ofrecen comida al que tiene hambre; y encienden la luz de la esperanza en las conciencias y los corazones desolados.
Con esta conducta se inscribe cualquier persona, en cualquier época entre los mejores de la Tierra; pero lo verdaderamente excepcional es encontrar ciudadanos que dedican la mayor parte de su tiempo a servir a los demás sin otro interés que no sea el de ayudar a los que más necesitan ayuda.
A este selecto grupo pertenece David Darío Díaz(el hermano Dario) quien se dedicó a ofrecer apoyo y solidaridad a familias y personas a las cuales la vida pone en circunstancias apremiantes, por la partida de uno de sus seres queridos; y porque muchas veces ese ser querido que acaba de partir es el responsable del sustento de toda la familia.
La pobreza extrema, la más absoluta pobreza, es la condición que generalmente caracteriza a estas familias, y fue la decisión de unir a todas esas familias pobres, para que se ayuden mútuamente, lo que llevó a David Darío Díaz y a un grupo de hombres y mujeres, entre los que estaban Ramón Alvarez (Cutio), Lucas Honrado, Ramón Benito Reynoso y el Padre Rafael Mauricio Vargas, a crear hace más de 40 años, la Agrupación Católica Madre Santa Ana para predicar la Palabra de Dios.
Esta agrupación obedece a la necesidad que tienen los más pobres de ayudarse y protegerse mútuamente, y al tener justificación en ese elevado principio, no ha dejado de desarrollarse y diversificarse.
Al momento de despedir a Darío, la Agrupación está organizada en doscientos sesenta y ocho (268) comunidades y el número de familias organizadas es de once mil ochocientas (11,800). Cada familia organizada paga dos pesos por fallecimiento y cuando en el seno de esa familia muere una persona, recibe alrededor de doce mil pesos.
En cada comunidad hay una Agrupación perteneciente a la Agrupación Madre, controlada y dirigida por ella. Son impresionantes, la organización, la transparencia; y el método de distribución de pocos recursos entre muchas personas; y es precisamente ahí donde reside uno de los principales aportes de esta Agrupación dirigida por Darío, que puede servir de ejemplo en este y en cualquier país para lograr propósitos similares.
De la Agrupación Madre Santa Ana, se desprendió hace muchos años la Agrupación Católica Unidad y Amor, la cual está organizada en 484 comunidades y agrupa a 46 mil familias en esta región. Sus métodos de trabajo y sus propósitos son similares a los de la Agrupación Madre Santa Ana; de manera que llegan a más de setecientas comunidades y cincuenta y siete mil familias.
Las acciones que hace más de cuarenta años iniciaron un grupo de dirigentes religiosos de esta Provincia Duarte, bajo la asesoría del padre Rafael Mauricio Vargas.
Ello han sembrado en buena tierra, ellos han hecho resplandecer la luz de la esperanza en momentos en que la tinieblas amenaza con arropar los corazones; y al despedir a Darío, presidente de la Agrupación Madre Santa Ana, dejamos constancia de nuestro reconocimiento y admiración a la obra que él y un grupo de insignes ciudadanos desarrollaron.
La Iglesia Católica es la institución a la cual pertenecen estas agrupaciones; en cuyo accionar contempla que los más pobres se unan para ayudar a los más pobres.
Es siguiendo la filosofía cristiana, de unir a la humanidad a través de los lazos de la solidaridad, la comprensión, el perdón, la humildad y la esperanza; como han orquestado su accionar todas estas agrupaciones. Ellas son una muestra más de lo grande y lo diversa que es la obra de la Iglesia, y de su importancia para toda la humanidad y particularmente para la República Dominicana.
El hecho mismo de que la sociedad dominicana tenga escenarios donde puedan concretizarse conductas como la de Darío Díaz, Ramón Alvarez (Cutio), Lucas Honrado, Ramón Benito Reynoso y el padre Rafael Mauricio Vargas, y obras com olas de estas agrupaciones, es una muestra clara de que hay Fuerzas que Unen a la Sociedad Dominicana en base a los Principios de Solidaridad, Respeto a los Principios Corporativos, Amor, Esperanza y Fé.
Estoy seguro de que estas fuerzas que nos unen en torno a estos elevados principios, son más poderosas que todas las fuerzas que tratan de disgregarnos, es decir, más poderosas que el crimen de la drogadicción, la avaricia, la hipocresía, la indiferencia, la simulación y la corrupción.
Vaya pues, nuestro Reconocimiento a las personas que como David Darío Díaz, han sabido llevar la esperanza, donde había desolación, confianza donde había incertidumbre y sobre todo amor y alegría donde quiso asomar la tristeza.
Reconocimiento, que no soy el primero en hacerlo, porque ya en el velatorio de Darío, una viuda se expresó de esta manera: Raras veces he estado tan cansada como en esta noche, estaba tan cansada que no podía ni siquiera abrir los ojos, pero cuando me dieron esta noticia, encontré fuerza para incorporarme y llegar hasta aquí; porque es el momento de agradecer a Darío, que fue el primero que me extendió las manos cuando murió mi esposo en un accidente.
David Darío Díaz ha sido, sin pensar en eso, sin proponérselo, un Ejemplo de lo que Es y Debe Ser un Buen Ser Humano, un Cristiano y de la misma forma ha mostrado y simbolizado la otra cara de la Moneda. Una vertiente diferente del accionar de la sociedad dominicana.